jueves, 4 de agosto de 2016

El mundo a tus pies

El mundo a tus pies
Nadar
Bilbao. Astiberri, 2015
224 páginas. 21,00 €




Tras Papel estrujado, debut que le valió hace dos años el Premio del público a mejor obra en el Salón Internacional del Cómic de Barcelona, Nadar vuelve a la escena con este esperadísimo tríptico sobre la generación de treintañeros que ha visto frustradas sus esperanzas con la crisis.

No es arriesgado suponer que ninguno de sus tres protagonistas; Carlos, un licenciado en ingeniería que malgasta sus días en una tienda de ropa; David, un joven sin estudios que se encarga del cuidado de su abuelo dependiente; y Sara, una brillante alumna que se ve abocada a trabajar como teleoperadora para pagar el alquiler; había previsto ese futuro que ahora se antoja irreversible. Aspiraban a vivir mejor que sus padres y ahora tienen que recurrir a su ayuda para llegar a fin de mes.

Con todo, la obra, pese a su dramatismo (¿con qué otros colores se puede retratar nuestro tiempo?), evita caer en el derrotismo: pese a la desazón, la rabia y la frustración, los personajes parecen decirnos: “sí, este mal trago nos está destrozando, pero todavía es pronto para claudicar”. Por eso, si uno de los protagonistas decide marchar al extranjero, otro toma la resolución de capear el temporal entregándose a los negocios ilegales y el último opta por enfrentarse a su bloqueo.

En fin, la última obra del castellonense es una estimulante crónica sobre el rostro humano de la crisis, rostro al que ya nos había acercado el prologuista, Isaac Rosa, en su novela La habitación oscura, altamente recomendada para los interesados en este tema.

jueves, 28 de julio de 2016

Bajo el volcán

Bajo el volcán
Malcolm Lowry
Barcelona. Tusquets, 2013 (primera edición: 1947)
415 páginas. 9,95 



De nuevo, otro libro poco estival. Obra maestra de Malcolm Lowry, narra los acontecimientos que tienen lugar en medio día de la vida de George Firmin, cónsul británico retirado en México. No obstante y como podréis imaginar, no es una fecha escogida al azar: durante las 12 horas que corresponden al Día de los Muertos de 1938 se produce el esperado reencuentro con Yvonne, su ex mujer, eterno amor, y vuelve a fracasar en su intento de devolver las cosas a su sitio, malogrando así las intenciones iniciales de ambos.

Visto así, Bajo el volcán, como A Esmorga, del gallego Eduardo Blanco Amor, es una tragedia etílica perfectamente articulada en una sinfonía en 12 actos, a lo largo de los cuales acompañaremos a su protagonista en su particular ascenso a los infiernos. En efecto, George, vertiente negativa de su hermano Hugh, que es el tercer protagonista de la novela, se encuentra sumido en un pozo de amargura y desesperación desde el que recuerda su pasado, al tiempo que deja escapar el presente entre sus dedos.

Dicho esto, Lowry, escritor maldito y autodestructivo por excelencia, tenía la intención de que este libro formara parte de una ambiciosa trilogía compuesta, como la Divina Comedia de Dante, por un Purgatorio (Lunar Caustic), un Paraíso (In Ballast to the White Sea) y un Infierno (Under the Volcano). Al final, un incendio acabó arrasando con (casi) todo: irónicamente, se salvó el Infierno, y aquí tenéis la plasmación más perfecta que he encontrado.

domingo, 19 de junio de 2016

Testo yonqui

Testo yonqui
Paul B. Preciado
Barcelona. Espasa, 2008
320 páginas. 19,00 



Ficción autopolítica o autopolítica, como gusta de llamarlo su autor, este ensayo, que parte de la experimentación personal del mismo, constituye una de las piedras angulares de la teoría queer actual y de lo que se ha venido llamando feminismo disidente.
Así, Paul Beatriz Preciado se sirve de la autoadministración de testosterona para teorizar sobre la invención de la categoría de género como "índice de emergencia del nuevo régimen farmacopornográfico de la sexualidad", recorriendo su genealogía al tiempo que comparte con nosotros su desgarro por la muerte de su amigo Guillaume Dustand y la excitación que acompaña a sus primeros encuentros con Virginie Despentes. La idea es, como nos anticipa en la introducción, "registra[r] tanto las micromutaciones fisiológicas y políticas provocadas por la testosterona en el cuerpo de B.P. como las modificaciones teóricas y físicas suscitadas en ese cuerpo por la pérdida, el deseo, la exaltación, el fracaso o la renuncia" (17).

Hasta aquí, todo bien: un libro ameno, coherente y bien documentado, a la vez que combativo y transgresor, aunque más valdría haber leído algo de Witting, Foucault, Butler o Negri antes. El problema de esta propuesta deriva de la supeditación inconsciente de una categoría a otra: conforme avanzamos en su lectura, cada vez resulta más evidente la vocación del filósofo de masculinizar todo lo asociado a la feminidad para garantizar a las bio-mujeres el acceso a los privilegios de los bio-hombres. No obstante, ni todas queremos devenir hombres (recordad: fight like a girl), ni los transexuales encontrarían su lugar en la sociedad idílica que plantea, así como la ingesta de hormonas, por las que con tanto ahínco aboga, causan estragos que deliberadamente pasa por alto.

Por lo tanto, se trata de un libro con propuestas e ideas interesantes que el lector deberá someter a un constante análisis, tratando de discernir entre aquello que es puro anhelo de su autor (incluso delirio individualista) y lo realmente factible.

lunes, 13 de junio de 2016

El astillero

El astillero
Juan Carlos Onetti
Madrid. Cátedra, 2007 (primera edición: 1961)
240 páginas. 10,60 



Madurez significa acatar el absurdo y el vacío, instaurar una sucesión de actos maquinales para rellenar el pozo. Madurez equivale a anonimato, al desmantelamiento de ese proyecto trabajosamente elaborado que es la personalidad individual. Madurez implica la anulación de toda verticalidad ascendente, es sumirse en la indiferenciación del tiempo horizontal. Madurez significa conformarse con la insignificancia, con la poquedad, con la inutilidad de todo acto: “Lo único que queda para hacer es precisamente eso: cualquier cosa, hacer una cosa detrás de otra, sin interés, sin sentido… una cosa y otra cosa, sin que importen que salgan bien o mal, sin que nos importen qué quieren decir”. Indiferencia ante un quehacer meramente consecutivo, cuyo progreso es sólo progresión numérica. El futuro no es más que acabamiento – Yurkiévich



Aviso a navegantes: se encuentran ustedes ante una lectura atípica que requiere de paciencia y tesón. Recomendadísima para los seguidores de Faulkner y de Céline, no esperen una historia electrizante, aunque muy pronto se verán sumidos en un universo desolador y descarnado, el de Larsen; personaje ya presente en entregas anteriores que trata de reconstruir su vida sobre las ruinas que han dejado atrás los demás caracteres, caracteres que, a través de un complejo sistema de narradores, asumen una voz propia en la obra.

En mi caso personal, he de admitir no fui consciente de lo que me había calado hasta que días después vi La notte, de Antonioni, y pude reconocer en los ojos de Jeanne Moreau la indiferencia existencial del Juntacadáveres en su periplo por Santa María. Entonces supe que durante el viaje a ciegas que supuso la lectura de este libro, a ratos ininteligible, Onetti no me había abandonado, sino que me había mostrado las formas de la condición humana, dejándome un poso del que me costaría deshacerme.

viernes, 3 de junio de 2016

La plaça del Diamant

La plaça del Diamant
Mercè Rodoreda
Barcelona. Club Editor, 2010 (primera edición: 1962)
272 páginas. 10,95 



Siempre que pregunto a mis alumnos de Bachillerato por sus libros favoritos, no falla: La plaça del Diamant y La casa de los espíritus. Por lo tanto, fue su propio criterio, a menudo tan cuestionable, el que me empujó a emprender su lectura con años de retraso.

Dicho esto, la novela, que nos ofrece un magnífico fresco del barrio de Gràcia desde los años anteriores a la Guerra Civil hasta (aproximadamente) los 40, puede causar algo de rechazo al principio, ya sea por el tema que trata o por su propio estilo, que se podría calificar de impresionista.

En mi caso, no fueron tanto las descripciones minuciosas y evocadoras las que estuvieron a punto de echarme para atrás, sino el contraste de opuestos del que se sirve Mercè a lo largo de toda la obra, y es que temí encontrarme con unos personajes maniqueos, marcados por las patologías del patetismo tan características de la literatura de la época.

Pero nada más lejos de la realidad: si bien al principio la protagonista parece no ser más que una “figa-flor” y Quimet una especie de sádico, Rodoreda construye a partir de la acumulación de sugerencias y la recreación en los detalles cotidianos todo un entramado literario que nos permite asomarnos, casi sin darnos cuenta, al interior de cada personaje, tan insignificante y único como cada uno de sus lectores.

Sin duda, un libro que bien merece una oportunidad. Os dejo por aquí la carta que Joan Sales envió a la escritora, conmovido por la  lectura de esta obra: http://www.catorze.cat/noticia/2710/33/anys/sense/rodoreda