Nadar
Bilbao. Astiberri, 2015
224 páginas. 21,00 €
Tras Papel estrujado, debut que le valió hace dos años el Premio del público a mejor
obra en el Salón Internacional del Cómic de Barcelona, Nadar vuelve a la escena
con este esperadísimo tríptico sobre la generación de treintañeros que ha visto
frustradas sus esperanzas con la crisis.
No es arriesgado suponer que ninguno de sus tres
protagonistas; Carlos, un licenciado en ingeniería que malgasta sus días en una
tienda de ropa; David, un joven sin estudios que se encarga del cuidado de su
abuelo dependiente; y Sara, una brillante alumna que se ve abocada a trabajar
como teleoperadora para pagar el alquiler; había previsto ese futuro que ahora
se antoja irreversible. Aspiraban a vivir mejor que sus padres y ahora tienen
que recurrir a su ayuda para llegar a fin de mes.
Con todo, la obra, pese a su dramatismo (¿con qué otros
colores se puede retratar nuestro tiempo?), evita caer en el derrotismo: pese a
la desazón, la rabia y la frustración, los personajes parecen decirnos: “sí,
este mal trago nos está destrozando, pero todavía es pronto para claudicar”.
Por eso, si uno de los protagonistas decide marchar al extranjero, otro toma la resolución de capear el temporal entregándose a los negocios ilegales y el último opta por enfrentarse a su bloqueo.
En fin, la última obra del castellonense es una estimulante crónica sobre el rostro
humano de la crisis, rostro al que ya nos había acercado el prologuista, Isaac Rosa, en su novela La habitación oscura, altamente recomendada para los interesados en este tema.